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La cita del día

“Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. (Arthur C. Clark)

“Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. (Arthur C. Clark)

Murió Arthur C. Clark

Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.


Ayer falleció Arthur C. Clark, afamado escritor y científico. Sin dudas, su obra más famosa es 2001: Odisea del Espacio. Pero lo que más me sorprendió es qué poco conocido era entre nosotros. A la mayoría de las personas a las que hice el comentario sobre su muerte les pareció irrelevante, incluso muy pocas sabían a quién me estaba refiriendo. Y es que yo asumí, cuando vi la noticia, que se trataba de un hecho impactante por la notoriedad de sus obras (tanto científicas como literarias) y por su trayectoria, pero resultó que era prácticamente un desconocido para nosotros, incluso para personas a quienes yo considero cultos e instruidos, con conocimientos literarios y científicos. Y no sólo me causó sorpresa, sino también un débil malestar interior, pero malestar al fin. No se exactamente porqué ese malestar; tal vez por el hecho de que el propio Clarke no era tan conocido como yo asumía (aunque no dudo que su fama a nivel mundial sea mayúscula), o también puede ser porque las personas que yo creía inteligentes e instruidas no conocían a un personaje de la talla de Clarke. No se, no pienso ahondar mas en ello. Simplemente se murió Arthur C. Clark, sin quien tal vez nunca tuviéramos satélites orbitando sobre nuestras cabezas (o por lo menos no los hubiésemos tenido hace tanto....); e indiscutiblemente no tendríamos a esa obra maestra que se llama 2001: Odisea del Espacio, con su monolito incluido, símbolo de nuestra ignorancia y nuestro conocimiento, de nuestro pasado, presente y futuro, de nuestro ser, de nuestro pragmatismo y de nuestra filosofía, en fin, de nuestra vida y nuestra no vida.


Arthur C. Clark


Sir Arthur Charles Clarke nació en Minehead, Inglaterra, el 16 de diciembre de 1917. Desde niño mostró interés por la astronomía. Con un telescopio casero se las arreglaba para observar la luna, de la que llegó a hacer un detallado dibujo. Culminó sus estudios secundarios en 1936 y se trasladó


a Londres a trabajar como funcionario, pero al estallar la Segunda Guerra Mundial se unió a la Royal Air Force (RAF, Fuerza Aérea Real), donde se desempeñó como especialista en radares e instructor, siendo Además partícipe del desarrollo de un sistema avanzado de defensa aérea.

Una vez finalizada la guerra, y con tan soló 28 años, publicó un artículo técnico bajo el nombre Extraterres

trial Relays, en la cual sentaba algunas bases para la construcción y puesta en órbita de satélites artificiales, estableciendo las características de la órbita geoestacionaria (posteriormente llamada Órbita Clarke en su honor). Sus afirmaciones fueron confirmadas en la práctica varios años después. El mencionado artículo le hizo ganar muchos premios, como la Beca Internacional Marconi y la medalla de oro del Instituto Franklin.

También después de la guerra se dedicó a estudiar matemáticas y física en el King's College de Londres (de donde egresó con honores) y ejerció como presidente de la Sociedad Interplanetaria Británica (BIS), al tiempo que comenzó a escribir cuentos (la mayoría de ciencia ficción) publicando el primero, titulado Partida de Rescate, en la revista Astounding en su edición de mayo de 1946, al que poco después siguió El centinela (The Sentinel, escrito para un concurso organizado por la BBC pero rechazado por la cadena). En sus primeros escritos utilizó seudónimos, tales como Charles Willies y E. G. O' Brien. Desde estos primeros escritos se nota que sus principales intereses están centrados en los temas científicos.

En 1954 se trasladó a Sri Lanka (antigua Ceilán), quedando cautivado tanto por los paisajes del lugar como por su cultura, por lo que decidió establecer su residencia en ese país. A pesar de haber sido acusado por el periódico sensacionalista Sunday Mirror de vivir en Sri Lanka para poder practicar la pederastia, nunca presentó la demanda que muchas veces anunció, negando continuamente las acusaciones; las autoridades de Sri Lanka llevaron a cabo su propia investigación declarando inocente a Clarke. En el mismo 1954 Clarke mantuvo conversaciones con el entonces jefe de la división de servicios científicos del gobierno de Estados Unidos, el doctor Harry Wexler, sobre la posibilidad del uso de satélites para la predicción del tiempo.

En 1957 participó de la delegación británica que viajó a Barcelona, España, a la octava edición del Congreso Internacional de Aeronáutica, que coincidió con el lanzamiento por parte de la Unión Soviética del Sputnik I, primer satélite artificial puesto en órbita por el ser humano. En la década de 1960 tuvo varias intervenciones como comentarista para la CBS de algunas de las misiones Apolo (11, 12 y 15), e incluso el módulo de control del Apollo 13 llevó el nombre Odissey (Odisea); lamentablemente, la misión terminó en fracaso.

En 1968 publicó la que tal vez sea su novela más famosa, 2001: Odisea del Espacio, la cual escribió basándose en el guión cinematográfico que él mismo había escrito junto al director Stanley Kubrick (el mismo de, entre otras, La Naranja Mecánica), el que a su vez estaba basado en El Centinela y con el cual Kubrick estuvo nominado para el Oscar como mejor director (aunque no ganó, sí obtuvo el Oscar a los mejores efectos especiales). A partir de 1970 sus obras comenzaron a ser más científicamente rigurosas (encajando en la corriente denominada Ciencia Ficción Dura, según la cual se aventura en la ficción pero cuidando que todos los hechos tengan un argumento completamente científico), destacando Fuentes del Paraíso, novela que le permitió ganar el premio Hugo. Con el tiempo 2001: Odisea del Espacio se convirtió en la primera de una serie de novelas, compuesta por 2010: Odisea Dos (1982), 2061: Odisea Tres (1986) y 3001: Odisea Final (1996). El mismo destino tuvo su novela Cita con Rama, de 1973, la cual fue completada con Rama II (1989), Rama Revelada (1991) y El Jardín de Rama (1994); las últimas tres en coautoría con Gentry Lee.

En 1975 un libro suyo fue seleccionado como libro de texto sobre literatura inglesa para la enseñanza pública en Sri Lanka pero poco tiempo después fue descartado por temor a ofender a los católicos, además del hecho de proponer el remplazo de las obras de Shakespeare por John Lennon e Isaac Asimov.

En 1986 fue nombrado Gran Maestro por la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción de América, y en 1998 recibió la máxima distinción otorgada en su país, cuando fue condecorado con la Orden del Imperio Británico, adquiriendo el título de Sir (título al que muy pocas personas en el mundo acceden) aunque nunca pudo viajar a Londres para recibirlo de manos de la reina debido a una enfermedad que le dificultaba el traslado. Igualmente en 2005 recibió el más alto reconocimiento civil otorgado por el gobierno de Sri Lanka por sus aportes al desarrollo de la educación y la ciencia en dicho país.

Murió en Colombo, Sri Lanka, el 19 de marzo de 2008. Además de los premios que le fueron otorgados por sus aportes a la comunidad científica y a la literatura universal, fue reconocido de forma extraordinaria cuando se denominó a un asteroide con su nombre (particularmente al asteroide 4923), lo mismo que a una especie de dinosaurio descubierto en Australia, el que fue llamado Serendipaceratos arthurcclarkei.


Además de las destacadas series de Odisea del Espacio y Rama, publicó muchos cuentos y novelas, de entre las cuales se destacan Preludio al Espacio y Las Arenas de Marte (ambas de 1951), El fin de la Infancia (1953), En las Profundidades (1957), Regreso a Titán (1975), Venus Prime (1987), El Espectro del Titanic (1990), El Martillo de Dios (1993) y Luz de Otros Días y El Ojo del Tiempo (ambas con Stephen Baxter, en 2000 y 2007 respectivamente). Además se publicaron varias colecciones con sus relatos, como Expedición a la Tierra (1953, incluye El Centinela), Relatos de Diez Mundos (1961) y Cánticos de Tierra Lejana (1990). En total fue autor o coautor de mas de 70 obras, de las cuales se calcula que se han vendido mas de 50 millones de copias.


Se le atribuyen muchas citas destacadas, la mayoría de corte no muy optimista en cuanto al futuro de la humanidad:

  • Puede que nuestro papel en este planeta no sea alabar a Dios sino crearlo.

  • El futuro ya no es lo que solía ser.

  • Si hubiésemos aprendido algo de la historia de los inventos y descubrimientos es que a la larga (y a menudo también a la corta) las mas osadas profecías son risiblemente conservadoras..


Incluso, Sir Clarke puso por escrito lo que él consideraba las tres leyes fundamentales de la predicción (la predicción en cuanto a algo científico, no a la simple charlatanería de contar lo que va a pasar en el futuro):

  • Cuando un viejo y distinguido científico afirma que algo es posible, probablemente esté en lo correcto; cuando diga que algo es imposible, casi seguramente esté equivocado.

  • La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco mas allá de ellos.

  • Toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

La primera de estas “leyes” fue enunciada inicialmente en su ensayo “Las dificultades de las profecías: fallas de la imaginación” (Hazards of prophecy: the faillure of imagination) en 1962. La segunda también aparece en ese ensayo, pero no cono ley, sino más bien como una conclusión extrapolada del ensayo, y su carácter de “ley” le fue dado por otros a través de los años. La tercera fue añadida por el propio Clark en una revisión que realizó en 1973, al tiempo que elevó la segunda a ley. Si bien de sus trabajos se podrían extraer muchas otras ideas que podrían ser consideradas leyes, según las propias palabras de Clark “tres leyes fueron suficiente para Newton, así que yo modestamente me paro por aquí”.


Existe una fundación (http://www.clarkefoundation.org/index.htm) que lleva su nombre y que tiene como objetivos preservar el legado de Clarke, estimulando el uso creativo de la tecnología para mejorar la salud, la educación y las condiciones de vida a lo largo y ancho de todo el mundo, y la difusión de los conocimientos en cuanto a ciencia y tecnología, integrándolos con la literatura, de forma de alcanzar a todos los seres humanos.


http://www.clarkefoundation.org/index.htm

http://www.ciencia-ficcion.com/autores/clarkeac.htm

http://enciclopedia.us.es/index.php/Arthur_C._Clarke

http://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_C._Clarke

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